El cantante español Enrique Bunbury retira
inspiración de diversas fuentes musicales (sonidos latinos, árabes, Elvis
Presley, Pink Floyd) e literarias. Entre las obras literarias que han inspirado
sus canciones están piezas teatrales de Wilde y Antonio Vallejo, la filosofía de
Nietzche, novelas de Kafka, Dickens y Jules Verne, o la poesía de Rimbaud, Baudelaire,
Alberti y Kipling. El cantante-compositor hizo una carrera de música con
contenido e influencias diversas, pero siempre sellada por su forma personal de
sentir.
«Enrique Bunbury en concierto en 2012: Carlos Delgado; CC-BY-SA» |
Pero hoy me gustaría señalar una influencia algo desconocida de los inmensos admiradores de Bunbury que es como la influencia de Safo se insinúa de forma tan sutil en la canción El Rescate del álbum El Viaje a Ninguna Parte. No debería, sin embargo, ser sorpresa que Bunbury haya buscado inspiración en la poetisa griega de Lesbos, una vez que los temas gay-lesbianos son parte integral de la carrera del cantante desde su inicio. El propio nombre artístico Bunbury proviene de un personaje de La importancia de llamarse Ernesto de Oscar Wilde, cuyo significado es deliberadamente ambiguo. Muchos lectores y estudiosos de Wilde, incluyendo su amigo Aleister Crowley, creen que el personaje Bunbury representa la vida doble de Oscar Wilde, ocultando un amor homosexual y secreto del escritor.
Safo tiene un impacto muy particular en la
historia de la literatura, ni que sea solo porque hubo muy pocas mujeres
escritoras hasta los últimos dos siglos. En la antigüedad los poetas eran casi
todos hombres y también su audiencia eres masculina. Los poemas y canciones eran
acompañados de música y cantados durante las cenas extravagantes donde hombres comían
en exceso y se emborrachaban de vino. Las únicas mujeres presentes en estos
simposios eran danzarinas, flautistas y prostitutas o cortesanas, destinadas al
entretenimiento de los invitados. Dado que toda la poesía antigua tenía interpretes
masculinos y audiencia masculina no es de sorprender que sus temas incidían
sobre la guerra, la búsqueda de gloria, la fuerza del deseo masculino o el amor
homosexual. Safo probablemente enseñaba poesía y canciones a otras mujeres
antes que estas se casasen con sus hombres. Los poemas de Safo abordaban
materias bien distintas y representan una autora que valoraba el amor más que
todas las cosas. También son poemas particularmente sensibles al sufrimiento y
con un lenguaje muy directo y simple, pero que al mismo tiempo apelan a emociones
poderosas, sentimientos y obsesiones imposibles de ignorar. Por eso es muy
fácil reconocer la influencia directa de Safo en mucha de la poesía erótica u
amorosa de otros autores, desde los romanos como Catulo y Ovidio hasta los
escritores Anglo-saxones del siglo 19 como Thomas Hardy, Byron, Dante Gabriel Rossetti,
Swinburne, Lord Tennyson y William Carlos Williams.
El Rescate tiene como tema el precio a pagar
por el amor apasionado que uno dedica a alguien que nos desprecia. Es una
canción de extremada vulnerabilidad y el compositor se revela como alguien
desesperado, consciente de que sus esfuerzos son inútiles, pero que paradojalmente
valora más al amor que cualquier bien material del mundo, sea dinero o casas grandiosas.
Abajo presento el refrán de la canción y
en seguida explico cómo Bunbury se inspiró directamente en dos poemas de Safo.
Ni siquiera es una casualidad que en el mismo año del lanzamiento del disco de
Bunbury fue publicada una
traducción completa de los poemas de Safo en español de la autoría de
Aurora Luque y que fue un éxito literario.
“No hay dinero, ni castillos, ni avales, ni
talonarios,
no hay en este mundo, -aunque parezca absurdo-,
ni en planetas por descubrir, lo que aquí te
pido.
Y no te obligo a nada que no quieras.
Las fuerzas me fallan, mis piernas no
responden;
te conocen, pero no llegan a ti.”
Bueno, la enumeración de El Rescate es extraordinariamente similar al poema 16 de Safo, que
habla que ni la riqueza, poder y los ejércitos tan valorados
por los hombres, ni ninguna cosa sobre la tierra, nada de eso vale nada
relativamente a la persona de la cual se está enamorada. No es un acaso que
Enrique Bunbury menciona lo mismo en una forma más moderna “ni dinero,
castillos, avales, talonarios”. La lista de Safo de cosas inútiles apreciadas por
los reyes y generales es una imagen de la antigüedad, pero la lista de Bunbury
es válida para todos los hombres ricos y pobres de espirito que viven en los días
de hoy. Repárese además que el título de la canción de Bunbury es “El Rescate”
y el poema de Safo refiere claramente que ninguna promesa de gloria o de bienes
materiales, ni siquiera la amenaza de guerra, sirvió para pagar el rescate más
famoso de la historia que fue el rapto de Helena de Troya. Una tercera similitud entre la canción rock y
el poema griego es que ambos tratan de amantes que están lejos y ausentes, Anactoria
en el caso de Safo y un arrebatador amor anónimo en el caso de Bunbury.
Poema-Fragmento 16 de Safo
“Hay quienes dicen que los hombres montados a
caballo,
o un ejército de soldados o una flota de naves,
son lo más hermoso sobre la tierra negra,
pero yo digo que es aquello de lo que una está
enamorada.
Es muy fácil que todos comprendan esto,
pues la bella Helena abandonó a su esposo,
el mejor de los príncipes, se fue navegando
hacia Troya,
y no se acordó de su hija ni de sus queridos
padres.
Ahora recuerdo a Anactoria que no está presente.
Yo quisiera ver su amable paso y el resplandor
radiante de su rostro
más que los carros de los lidios y los soldados
de armaduras relucientes.”
Pero la influencia sáfica no acaba aquí, porque
existe una cuarta característica de la canción de Bunbury inspirada muy
claramente en otro poema de Safo. Es muy difícil a un hombre admitir su debilidad,
pero Enrique confiesa que sus fuerzas le fallan al extremo “Las fuerzas me fallan,
mis piernas no responden”. La mayoría de las canciones y poemas masculinos
inciden sobre la belleza del cuerpo femenino o sobre la gran confianza del
hombre que es más bello, fuerte y seductor que los otros. Por lo tanto es muy
raro que Enrique – un hombre de éxito, admirado por el mundo, con una imagen de
cowboy y macho duro – hable que no tiene piernas ni fuerza. En verdad esa
vulnerabilidad extrema de Bunbury es algo muy bien capturado y de una expresión
femenina muy evidente. Nadie mejor que Safo expresó la palidez que le causa a
uno mirar la persona que se ama y perder la voz, la vista, y sentir las piernas
flaquear, con un pulso acelerado como si estuviésemos enfermos y a punto de morir.
Poema-Fragmento 31 de Safo
“Igual a los dioses se me parece
ese hombre que, sentado frente a ti,
de cerca escucha tu dulce voz y tu risa
adorable;
ello me ha dado un vuelco al corazón dentro del
pecho;
pues apenas te miro, ya hablar no me es posible
sino que mi lengua se quiebra, un leve
fuego al punto me corre bajo la piel,
nada pueden ver mis ojos, me zumban los oídos
me cubre el sudor, un temblor me posee toda,
me siento más pálida que la hierba
y a mí misma me parece que estoy cerca de morir.”
El poema-fragmento 31 es quizá el poema más
conocido de Safo y ha sido imitado por inmenso autores de diversas lenguas al
largo de los últimos siglos. La frase “Las fuerzas me fallan, mis piernas no
responden” tiene realmente una similitud enorme no solo con el poema original
de Safo, pero además con los poetas inspirados por esta, tal como el homenaje
de John Hollander al fragmento 31 de Safo “my tongue collapses, my legs flag”.
Enrique Bunbury es realmente un compositor de una
sensibilidad fabulosa, porque en 2500 años de poemas y canciones no hubo nadie a
capturar de forma más actual, tan linda y sensible estos sentimientos. La
poetisa griega es linda, porque al leer sus palabras siento una emoción absurda,
como si alguien que conociera me escribiera una carta enviada a
través de un océano y muchos siglos de
distancia. El cantante español es el más original de todos los poetas-cantantes
que alguna vez se han inspirado en Safo, una vez que su canción no es una copia
de sus poemas griegos. Los poemas de Safo son tan impecablemente hermosos, tan
poderosos y difíciles de mejorar, que mismo los mejores escritores han casi
copiado palabra por palabra los poemas originales, solamente restando una línea
o dos. Bunbury es el único que hizo su propia versión con una actualidad poderosísima
y una belleza increíbles. ¡Hasta creo que Safo diría que su discípulo masculino
logró cantar tan bien o mejor que el original! Aquí queda mi homenaje a mi canción
preferida del rock n’ roll español y a mi escritora preferida. Feliz Pascua.
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Inmensas gracias a Enrique Bunbury por haber compartido el blog en su página oficial de Twitter, Instagram, GooglePlus y Facebook:
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